Cuántos latinoamericanos usamos internet

La presentación señala que un 30% de la población latinoamericana cuenta con acceso a Internet. Un número pequeño, quizás, pero cuando eso representa el total de 172 millones de usuarios, vemos que la magnitud no es tan pequeña, sobre todo cuando nos damos cuenta que el conglomerado latinoamericano está en tercer lugar en cuanto a cantidad de participación en la web, sólo detrás de China y Estados Unidos.

Es importante notar que durante los próximos tres años, los amigos de Tendencias Digitales prevén un crecimiento ligeramente acelerado que podría lograr una penetración de internet hasta de un 40% de la población total de la región. Para 2014, se esperan 200 millones de usuarios hispanoamericanos en internet.

Pero, ¿por qué es importante hablar de números, antes de hablar de tendencias, gustos y preferencias? El mercado ofrece más posibilidades en tanto sea más grande (reúna más personas dentro de sí). Es por eso que mientras más y más personas comiencen a utilizar el internet, veremos que se desarrollarán más proyectos orientados a satisfacer las necesidades de esas personas, en base al perfil de los usuarios que describiré a continuación.

¿Quiénes están utilizando internet?

Los usuarios de internet latinoamericanos están en su mayoría en sus veintes y hay ligera predominancia masculina. Las dos formas de conectarse más comunes son los cibercafés y en algunos casos, las conexiones caseras. Seamos honestos, cuando el internet está disponible en la oficina, las posibilidades se reducen bastante porque casi siempre se ha impedido la actualización del sistema más allá del IE6 (bajo la excusa de las distracciones), además de que el sector industrial suele ser un público objetivo totalmente distinto.

Actividades comunes en Internet

Pero prestemos atención a las actividades comunes que se hacen a través de la web en los distintos países. Si los tres rubros principales (email, búsquedas y mensajería instantánea) están bastante bien atendidos por los grandes (Gmail, Google Search y Skype o MSN), ¿qué nos dice eso?

Me suena a que la compra de productos y servicios, los servicios bancarios y la lectura de noticias son necesidades que debemos atender de forma local. Es decir, ¿por qué nuestros periódicos (en su mayoría, no digo que todos) no han entendido que al mudarse a la web no deben hacer una simple copia de lo que hacen en sus ediciones impresas? Tampoco es necesario que sólo busquen verse bonito, como suele pasar, sino que sus sitios sean accesibles y navegables.

Lo mismo con los servicios bancarios, que no deberían funcionar como una agencia normal donde el servicio “cierra” a las 5 de la tarde. Pienso que estos sectores están mal atendidos y un entrepreneur podría encontrar buenas oportunidades por esa vía. No voy a mencionar el tema de la educación, aunque curiosamente se encuentra al fondo de la lista, porque Stephanie Falla lo ha hecho con anterioridad y porque será uno de mis próximos posts 😉

Índice relativo de uso de Internet

Este indicador, compuesto por varias dimensiones (penetración, intensidad, complejidad, diversidad, transacciones y contenido), nos da una panorámica sobre cómo está cada uno de los países de la región en cuanto al uso de internet.

Indice relativo de uso de internet

Pero más allá de la situación, me llamaron la atención las causas:

  • Ingreso per cápita
  • Educación
  • Políticas públicas
  • Y la dinámica competitiva del mercado

A partir de eso y luego de la conversación que tuvimos hace unos días con Peter Thiel sobre por qué invertir en internet, hay una pregunta que sigue resonando en mi cabeza:

Si todos estos factores de la realidad externa afectan al uso que se le da al internet, pero de la misma forma la dinámica creada en la web afecta a la manera en que las relaciones políticas y económicas toman lugar en la realidad, ¿terminará la dinámica tan rica y espontánea que es la web por modificar la forma en que se toman decisiones allá afuera? Yo espero que así sea, aunque sea un proceso bastante largo. Por el momento, les dejo la duda.