Imagen: Sarah Ross

Metodologías pedagógicas, herramientas, plataformas especializadas y todas las corrientes educativas que intentan describir cómo funciona el aprendizaje en línea, poco le han aportado al sistema en cuanto a la información sobre las verdaderas necesidades de los estudiantes digitales.

¿Quién está aprendiendo en línea?

Aunque todavía el proceso de adopción del e-learning enfrenta mitos como que afecta la salud visual o que la tecnología necesaria es demasiado costosa, tan solo en los Estados Unidos durante 2012, en el reporte “Changing Course: Ten Years of Tracking Online Education in the United States”, el 32% de los estudiantes de nivel superior dijo haber tomado por lo menos un curso online.

Lo curioso es que en muchas otras cifras la mayoría de estudios no se pone de acuerdo, por ejemplo en los niveles de satisfacción con respecto a las tazas de retención del conocimiento.

Melissa Venable explica esta situación como un problema natural del medio, un entorno dinámico que cambia a cada instante, mientras el volumen de usuarios y las herramientas también aumentan.

Otro aspecto importante que Venable remarca y que según ella se repite en la mayoría de encuestas, es la necesidad de que los profesores e instituciones le brinden al estudiante mayor apoyo y recursos para que el uso de la tecnología no afecte su desempeño cuando se enfrenten a un nivel más exigente de trabajo.

El remedio para la deserción

La investigación “The learning styles, expectations, and needs of online students” realizada por Davison Mupinga, Robert Nora y Dorothy Yaw para la revista College Teaching en 2006, concluye que las mayores expectativas de los estudiantes en línea son la regularidad en la comunicación con sus maestros, la retroalimentación y la información necesaria sobre las actividades y el rigor académico.

Las dificultades que señalaron los alumnos encuestados no se limitaron exclusivamente al aspecto técnico o el material de referencia, sobresale la necesidad sicológica de no sentirse desorientados y solos en la red.

Para la Asociación Europea de Universidades a Distancia, la excelencia del aprendizaje en línea se fundamenta en los servicios de apoyo estudiantil. Implementar dichos espacios requiere proveer:

  • Información actualizada sobre los cursos, incluyendo los métodos de actividades. Los estudiantes deben conocer las habilidades pedagógicas que se les exigirán, la institución debe monitorear constantemente.
  • Indicaciones acerca de sus derechos, roles, responsabilidades y los de la institución. Guías específicas para su participación en trabajos colaborativos.
  • Proveer oportunidades de socialización para construir y mantener comunidades en línea. Debe estimularse el uso de las redes sociales bajo códigos de respeto y contribución activa.
  • Ayuda técnica y soporte administrativo. Desarrollar mecanismos de retroalimentación relacionados con la experiencia en los cursos o programas.
  • Acceso a recursos de aprendizaje incluyendo una biblioteca en línea, información sobre el desempeño (estadísticas, notas) y un consejero de estudios. La institución debe hacer todo el esfuerzo posible para ajustarse y construir programas que resuelvan las necesidades de sus alumnos.

Consejo y acompañamiento activos

Mantener la motivación y evadir la procrastinación son tan solo algunos de los obstáculos que puede enfrentar un estudiante online, responder de forma oportuna a las necesidades de soporte y orientación puede afectar considerablemente su desempeño y aprendizaje.

Este tipo de usuarios ya tiene ocupaciones y convive con otras prioridades. Por tanto, es inconcebible no conocer por los menos sus dificultades para aprender.

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