James Altucher escribió un artículo en el Wall Street Journal donde nos dice que el internet está muerto, como inversión al menos. James está bien posicionado entre el público por sus columnas y su especialidad es poner en las manos del público las técnicas que utilizan los gestores de fondos de coberturas. Sin embargo, es bien merecido un detenido análisis de las razones que utiliza para firmar el acta de defunción de todos aquellos que se animen a invertir en internet.

Las razones

Altucher nos da bastantes ejemplos por las cuales él considera que las empresas en Internet no tienen las ganancias que todos piensan. Hay que reconocerle que los supo elegir con precaución:

  • Time Warner prefiere mantener su legado de empresas tradicionales como la revista People que depender de una de las compañías más grandes en internet allá afuera, AOL.
  • News Corp necesita sacudir a MySpace mientras decide qué hacer con él.
  • Microsoft lleva millones de dólares invertidos en su estrategia para irrumpir en internet y sigue sin hacer un centavo de beneficios.
  • Ni siquiera Google parece haber hallado un mejor modelo que AdSense, tras su adquisición en 2001.
  • Y los nuevos chicos del barrio, Facebook y Twitter, parecen estar creciendo impresionantemente en número de usuarios, pero no en el monto de sus ganancias.

La contraparte

El internet es una herramienta tecnológica que cambiará los procesos establecidos por medio de las cuales nos comunicamos, hacemos negocios y (¿por qué no?) la forma en que pensamos. Es una de esas grandes revoluciones que pasará a la historia de la misma manera que lo hizo la imprenta y su creador, Gutenberg, en su debido momento.

Desde hace alrededor de 15 años, el internet ha fungido como un medio comercial y hasta ahora comenzamos a ver su impacto en nuestras vidas. Como una más de esas revoluciones trascendentales en la historia, no podemos esperar que sus efectos sean visibles de la noche a la mañana. La revolución industrial y el renacimiento, por ejemplo, son otros ejemplos en los que la humanidad ha visto un cambio tan significativo en su cultura, pero tanto uno como otro conllevaron un largo proceso de adaptación.

Las épocas de cambio se caracterizan por producir grandes oportunidades de inversión, así como destruir los modelos predecibles y “estables” de hacer negocios. Los inversores deben visualizar los cambios y las nuevas oportunidades y elegirlas sobre lo mismo de siempre.

Las empresas a las que se refiere Altucher (Time Warner, News Corp. Y Microsoft) son perfectos ejemplos de esos modelos estables y predecibles de negocios que muy probablemente serán arrastrados por la nueva dinámica empresarial iniciada por la revolución que el internet ha provocado desde hace un par de años.

Estas son meras suposiciones, como también podemos arriesgarnos a afirmar que aunque Time Warner se deshaga de AOL, no quiere decir que sobrevivirá a largo plazo. Google por su parte tiene un gran potencial si se decide a monetizar su negocio de aplicaciones, entre las que podríamos destacar Google Maps por ser de las más usadas.

Como nos indica Fred Wilson en su blog, hay docenas de negocios en internet que se encuentran actualmente activos y que los inversionistas deberían tener en la mira por el gran potencial que tienen a la larga.

Inversiones seguras: ¿existen?

La web se perfila como LA opción para invertir que promete ser más beneficiosa de aquí a un par de años, pero tenemos que aprender a correr riesgos controlados. El inversionista debe buscar compañías con modelos funcionales que puedan adaptarse a la dinámica cambiante que el mundo, la sociedad y los negocios están experimentando como producto de la popularmente llamada revolución cibernética (un nombre cliché, por supuesto).

Para todos los que no confíen en quienes defendemos que el internet está más vivo que nunca, siempre está la opción de mantener el dinero escondido bajo la almohada. Allí no correrá mayor riesgo. Es importante no olvidar que no existe tal cosa como una inversión 100% segura y si eso es lo que James Altucher promete a los clientes a quienes les maneja el portafolio, yo no estaría tan propenso a creer todo lo que dice.