En el 2004 iba con mi mochila recorriendo Sudamérica con una pequeña portatil (me hace pensar que era el equivalente caro a una Netbook de nuestros tiempos) sirviéndome de muy poco para accesar al internet en tiempos de solo 802.11a y 802.11b. Mayormente terminaba redactando .txt en ella para luego vía una memoria USB ir a un café internet y entonces mandar emails, actualizar sitios y cosas por el estilo. Los cafés Internet siempre han sido uno de mis mayores espacios de acceso al Internet cuando he viajado, por sobre cualquier red WiFi. Y ahora que estamos en el 2009 las cosas no han cambiado mucho que digamos, sigo sufriendo con la falta de WiFis públicos, no encuentro soluciones confiables de pago y que funcionen bien en todos los países y además, los Cafés Internet y los sitios con WiFi van desapareciendo.

El WiFi es para conectar tu portátil y dispositivos en la casa u oficina, pero no precisamente para compartir tu Internet

A pesar de iniciativas como FON, Meraki o simplemente la buena voluntad de dejar tu router abierto, que muchas veces no fue por convicción, sino porque la empresa que nos presta el servicio simplemente no le puso password al router (y por eso siempre amaré a linksys), el WiFi sigue siendo un recurso para distribuir internet, pero no precisamente para compartirlo fuera de nuestras paredes. Y nuevamente, por más campañas que se hagan, esto no ha ido cambiando. Encontrar redes Wifi es fácil, encontrarlas abiertas es otra historia, lo que me recuerda un gadget que compré de Kensington para buscar WiFi (y vaya cacharrito de mierda que nunca me sirvió para nada, simplemente me daba falsas esperanzas).

Por suerte tenemos planes de datos con las telefónicas

Reflecting antena for mobile data - flickr photo by wapsterY es que en efecto, la única solución viable para estar conectado en cualquier lado viene de parte de las telefónicas que gracias a esos teléfonos que hacen que las masas naveguen por Internet (aquí el gran mérito va para el iPhone) y entonces las cosas empiezan a cambiar, pero aún muy lentamente.

Cada día hay más disponibilidad de redes 3G y planes de datos, pero siguen teniendo todo tipo de ridículas limitaciones. 2 o 3 gb mensuales y luego te bajan la velocidad. Blackberry te habla de su “fair use policy” que básicamente te dice que no te animes a conectarte a YouTube a ver vídeos o igual te cortan el canal. En España con Yoigo hay un plan de datos conveniente con costo diario y en Inglaterra también O2 te ofrece un plan de datos por menos de 10 libras al mes.

Pero en la gran mayoría de lugares del mundo, difícilmente vas a poder confiar en estos planes, no te los van a permitir. En Japón por ejemplo la única opción que tengo para un plan de datos como extranjero turista es alquilar un SIM para Smartphone por unos US$12 diarios (y aunque tuviera esa capacidad financiera, primero me la gastaría en Sushi antes que en datos para el teléfono). Los datos en el móvil o con las jaboneras aún requieren que te amarres a una empresa por 12 o 18 meses. Luego está el límite de que uses la conexión solo para ver el mail un par de veces al día y finalmente, la gran mayoría de redes 3G del planeta no están preparadas para que todos empecemos a usarlas.

Las telefónicas que construyen redes wifi y sus razones

Sin duda que las telefónicas aún no están preparadas para mover tantos datos a través de antenas celulares como lo demuestra el caso en Estados Unidos e Inglaterra. Tanto At&t en tierras gringas, como O2 con los ingleses están viendo que los usuarios del iPhone están usando mucho el 3G. Y ante los altos costos que tienen para mantener estos enlaces están construyendo grandes redes de Wifi (en lo que pueden financiar más celdas). En el caso de At&t, su red ya cubre la mayoría de Starbucks y McDonalds del país y curiosamente, es para distribuir mejor la capacidad para estos teléfonos. O2 está añadiendo muchos puntos a The Cloud que cubre buena parte de Londres. Las redes ofrecen además una tarifa de pago por día para los que quieran conectarse.

Y luego, examinando el caso Japonés, Livedoor puso muchos puntos de acceso WiFi, pero en general aquí no hay tanta demanda de los usuarios por WiFi, ya que sus capacidades de redes de datos llevan años funcionando, han podido controlar como las masas que habitan este país usan y abusan de los datos en el móvil, hay mucha competencia y simplemente no hace falta el Wifi. De hecho, es más difícil de lo que imaginan encontrar un Starbucks y otros sitios similares con un WiFi público o de pago. No hace falta, todos tienen un móvil que ya se conecta a Internet y es otra cultura diferente a lo que se ve en el mundo occidental en general.

Fon, Boingo e iPass, soluciones a medias

Fonera - flickr photo by powerbooktranceEn la búsqueda de soluciones más confiables para conectarme, me enganché a FON (debo agradecer a Martin Varsavsky por un par de foneras que me obsequió en Madrid) y aunque siempre he dicho que la iniciativa me gusta y me gustaría que siguiera creciendo, rara vez me ha sido de utilidad, dedicándole muchas horas a buscar foneras. En Tokyo, donde hay la mayor cantidad de foneras en funcionamiento y además está el acuerdo con Livedoor, apenas y he podido engancharme al acceso en algunos puntos de la ciudad. Incluso Akihabara que promete ser el espacio más geek de la ciudad y donde la cobertura debería ser total, tienes que ir a ciertos lugares específicos y luego el servicio es bastante lento para los estándares de conectividad de la ciudad.

También contraté Boingo Mobile, que tiene muy buena cobertura y acuerdos con grandes redes de Wifi en el planeta. El servicio ofrece en efecto cubre muchos lugares, pero el soporte es simplemente horrible. Luego de contratar y pagar por el servicio, tardaron 2 semanas en darme acceso y a preguntas básicas que he tenido sobre algunos puntos de acceso donde no me pude conectar (para reportarlas y que las den de baja o vean los acuerdos que tienen) jamás me han dado respuesta. Si los llamas por teléfono lo típico de oír una canción de cuna en el teléfono un buen rato y así simplemente te desesperas.

Un servicio similar que funciona muy bien, particularmente en aeropuertos y hoteles es iPass. También contraté el servicio para probarlo y estoy bastante contento con los resultados. El único problema es que a nivel latinoamérica su cobertura es casi nula (En Buenos Aires ofrecen apenas unos 10 puntos de acceso, con el detalle curioso que algunos de ellos son gasolineras).

Al final, el gran problema de todos estos servicios es que tienes que hacer siempre la tarea de buscarte puntos de acceso cuando estas online. Hace falta algún tipo de herramienta que te permita consultar de forma offline su base de datos y llevarte los mapas contigo. El día que tengas una buena implementación de Google Maps con Google Gears me gustaría ver la misma funcionalidad dentro del FON Maps (O tal vez algún proyecto externo se anima a sorprendernos), para que dejes guardada en memoria de tu computadora algunos mapas de donde ir a buscar conexión. O más fácil aún, que me manden un mensaje de texto basado en mi ubicación cuando necesite WiFi con alternativas.

Los cafés son menos internet-friendly

Wifi Here - flickr photo by jemstoneEl éxito de Starbucks en el mundo no fue precisamente por vender buen café, sino fue por ofrecer un lugar cómodo, donde querías pasar el tiempo, querías ir a leer o conectarte a Internet (y eso que en la mayoría siguen cobrando por el acceso). Y aunque esto aplica para algunos sitios, no es la misma fórmula en las franquicias de cualquier cafetería que tiene mucha rotación de clientes. Allí quieren que te tomes el café, pidas otro o te largues. Hace años, se popularizaba que los cafés ponían el rotulito de WiFi para atraer clientela, pero las cosas van cambiando y esto va desapareciendo. Muchos lugares donde antes podía acceder al Internet fueron quitando el servicio, fueron convirtiéndolo de pago o incluso se ven afectados por regulaciones de sus gobiernos o proveedores. Algunos con límites de descargas, otros con control de las actividades de sus usuarios (que bajan, etc.)

La historia que si me alegró el día y me anima a pensar en un buen futuro es la de Coffee Company en Holanda que sufrió porque sus clientes llegaban a usar instalaciones, conectarse a Internet, pero no gastaban (al menos yo siempre me sentí invitado a comprar algo en cualquier café que ofreciera conectividad), así que usan el nombre de la red para recordar de sus promociones.

Los Hoteles tampoco lo entienden

Cuando he tenido la oportunidad de terminar en algún hotel de esos que tienen casi tantas estrellas como dedos en mi mano, de poco o nada me ha servido la super tele, la piscina y el gimnasio cuando me encuentro con problemas de conexión. Incluso, he aprendido por las malas, que mientras más caro el hotel, más cara será también la conexión a Internet que te cobrarán como extra. E incluso luego de pagarla, la mayoría de veces tendrás acceso a una sola computadora, así que nada de intentar enganchar el teléfono u algún otro dispositivo. Peor aún, ir al Lobby a tomar un café y engancharte al WiFi, pues posiblemente será otra red y te la van a intentar cobrar de nuevo. Me pasó en muchos eventos que me tocaba decidir entre pagar el WiFi del salón de convenciones o el de la habitación (En serio, llegas contento a recepción y cuando empiezas a preguntar por el Internet de una vez hace falta bajarse los pantalones).

En los aeropuertos han hecho un lindo negocio con el WiFi

Y al igual que en los hoteles, los aeropuertos son otros lugares donde quieren dañar tu presupuesto. Muchos de los aeropuertos secundarios de algunas ciudades han liberado sus redes y la verdad que te alegran el día cuando aterrizas y puedes mandar un mail para avisar que llegaste sin novedad. Pero en general, siguen siendo espacios para lucrar con los pasajeros como pueden ver en esta guía de precios por país.

Una solución aceptable es la que encontré alguna vez con Kubi Wireless en España donde te vendían un paquete de 5 o 10 conexiones de media hora, de tal forma que siempre que te tocara volar, pudieras conectarte un rato en la sala de espera.

¿Cuánto tocará esperar para que la conectividad llegue más lejos y sea más barata?

Me extendí más de la cuenta, pero quería unir muchas historias de países y lugares donde terminé trabajando offline, analizando la evolución de estos últimos años. Y aunque predico por todos lados que en nuestro negocio se puede trabajar bien a distancia, fácil no resulta, al menos no todavía y creo que faltarán tal vez unos 5 años para poder ir por el mundo estando totalmente conectado, de la mano de planes de roaming más completos y accesibles, incluso cuando todos los aviones y trenes te ofrezcan dicha disponibilidad.

Imágenes por TheOm3ga, wapster, powerbooktrance y jemstone.