Después de haber revisado las tres tendencias más importantes dentro del mercado editorial de hoy en día, en este artículo vamos a hacer un ejercicio que pretende sugerir lo que podría pasar en el futuro y cómo afectará a cada una de las partes, siendo el consumidor (nosotros, los lectores) la más importante de ellas.

Autores

Los escritores tienen una tarea ardua y que solo puede ser llevada a cabo por unos pocos de entre nosotros, por lo que es de esperarse que algunos de ellos quieran ser remunerados económicamente por el esfuerzo que producir un libro les representa. Claro, muchos de ellos no consideran su oficio como un verdadero trabajo y la pasión de escribir los lleva a hacerlo, pero como simples mortales, les corresponde pagar las cuentas también.

Las dos partes que deben mantenerse más motivadas a participar dentro de este negocio son el autor y el lector; los intermediarios son reemplazables.

Lo que esperaríamos ver en poco tiempo es:

1. A los queridos colegas autores lamentamos informarles de ahora en adelante tendrán que trabajar sin anticipos. ¿Pero cómo?, podrán preguntarse. Bueno, de por sí los autores quienes reciben anticipos para su trabajo son aquellos que han tenido éxito con anterioridad y los que verdaderamente los necesitan simplemente no tienen una trayectoria que los haga considerables para recibirlos. Además, hacer libros es relativamente barato en comparación con otros negocios como el del cine y los escritores, en un mundo de libros digitales y POD, recibirán su pago desde el momento en que la primera copia sea vendida.

2. La buena noticia es que el mundo digital permitirá que los escritores aumenten el porcentaje que reciben del pastel de un 10% actual a más de 30%, hablando con cifras en bruto. Si los precios del libro bajan porque sus costos son menores, el autor necesitará quedarse con una mayor parte y habría que considerar que sin el gremio de escritores no hay libros, ni impresos ni digitales, por lo que hay que mantener vivo el sistema de incentivos.

3. Las giras de los libros serán sustituidos por estrategias de marketing en línea.

4. Los autores se encargarán de las tareas del editor y del diseño artístico, pero en un mundo donde las herramientas están a su disposición, esto no será demasiado difícil.

Imprentas

Si estás en el negocio del papel, probablemente te esté preocupando mucho este artículo porque da la impresión de que tu modelo empresarial podría estar a punto de colapsar. Pero que no cunda el pánico… por el momento.

  • Print on demand provocará un incremento significativo en la variedad de los libros que pueden ser impresos. La distribución masiva sí será parte del pasado.
  • Los precios serán más bajos puesto que los costos de producción de un libro decrecerán. Por lo tanto, la demanda será mayor.
  • Y por último, el mismo proceso de globalización hará que la demanda suba.

¿Qué pasará entonces con el papel de las impresiones? Una alternativa que ha sido demostrada como un total fracaso es la de “imprímalo usted mismo” porque además de ser un enredo, es costoso. Por el contrario, un método viable sería aquel en donde las impresiones serán realizadas cerca del consumidor, para reducir los costos de envío y de tiempo.

El sistema de impresión digital muy probablemente pasará a ser manejado a nivel local. Como consumidor, enviarías tu orden a la “imprenta” más cercana y tu libro sería entonces producido, rápidamente y a un bajo costo, y enviado a su destinatario.

Este método se podría adaptar entonces a la infraestructura ya existente de sitios con servicios de impresión a pequeña escala.

Editores

Esta no es un cuento con final feliz para los editores, puesto que los más grandes de ellos son precisamente a los que peor les irá. Para ellos estamos como en la calma previa a la tormenta y lo que parece ser una leve preocupación por culpa de la recesión está ocultando el impacto mucho más profundo que tendrán las tres olas de la digitalización que ya describimos: Google book search, libros electrónicos y POD.

Hace 10 años, los editores estaban felices, cuando las tiendas de libros fueron Amazonizadas. Al final, el Kindle parece concederles el mismo porcentaje de un libro electrónico que cuando una versión impresa es vendida y sus costos son más bajos. Pero muy pronto tendrán que preocuparse no tanto sobre cómo negociar con Amazon, sino sobre cómo mantener su relevancia para los autores para no perder el poder que tienen hasta ahora.

Además, si revisamos muchas de las funciones que cumplen los editores, su inminente deceso se hará incluso más evidente:

  • Anticipos: los novatos no los obtienen y el resto no los necesita.
  • Edición: como autor, ¿no tienes una red social que pueda darte críticas constructivas?
  • Diseño de arte: ¿Qué tan caro puede ser contratar a un diseñador gráfico?
  • ISBN: Bueno, para ser un editor necesitas un número ISBN (International standard book numbers) que te defina como tal. Estos son números de 13 dígitos que identifican un libro que es publicado internacionalmente. Puedes leer más sobre esto aquí.
  • Marketing y marcas: Los editores no se molestan en darle marketing a los pequeños autores, quienes más lo necesitan y los autores ya posicionados dentro del mercado no reciben millones para hacer lo suyo. Alguien podría decir que aún quiere estar respaldado por una gran marca, en gran parte para sentirse como un “verdadero autor”, pero yo sugeriría hacer cuentas. ¿Prefiero vender 100 libros y quedarme con 30% o 300 libros y quedarme con 10%? ¿Un editor reconocido realmente puede triplicar mis ventas? Les dejo la duda.

Si cualquiera con un número ISBN es un editor reconocido, no veo por qué no podríamos llegar a ver autores actuando como sus propios editores o formando cooperativas de editores. Pero antes, debemos considerar cómo evolucionará el panorama para las ventas al por menor.

Tiendas de libros

¿Has notado torres de libros y best sellers apiladas al frente de tu librería local? No creas que el dueño esperaba venderlos todos. Hasta hoy, ellos confían en una práctica bastante antigua conocida como “sale or return”, burdamente traducida al español como “si no los vendes, puedes regresarlos”. Los editores aceptan a tomar libros que no han sido vendidos a cambio de crédito.

Esta práctica en un mundo digital es totalmente innecesaria y cada vez es más evidente que los editores simplemente no pueden soportarlo. Un aproximado de 25% de sus libros eventualmente regresa a sus manos en vez de convertirse en ganancias.

Usted se preguntará, ¿cómo sobrevivirán las librerías si no tienen nada en sus estantes? Bueno, quizá no sea necesario que tengan algo en ellos. Lo que ahora conocemos como estrictamente tiendas de libros podrían transformarse en sitios culturales en donde se ofrezcan algunos de estos servicios:

  • Buena comida y aperitivos, aunque quizá un poco costosos.
  • Conexión inalámbrica a internet gratuita.
  • Algunos pocos libros best sellers y DVD’s, que continuarán bajo la política de “sale or return” por un par de años.
  • Un método para que los propietarios puedan ordenar cualquier libro del universo, permitiéndoles quedarse con una porción de la transacción.

Estas librerías/cafeterías podrían incluso ser anfitriones de sesiones virtuales con el autor y quizá de clubes de lectura, tanto a la usanza antigua como a través de medios electrónicos. Además, podrían ser las sedes de las “imprentas locales” de las que hablamos más arriba.

Y finalmente, los lectores

Sony ebook Reader
Bueno, nosotros los lectores tenemos en manos quizá el factor más importante de todos: el poder adquisitivo. Es así que en última instancia, obtendremos lo que realmente queremos, que consiste básicamente en:

  • Una amplia selección de títulos.
  • Libertad para elegir formatos y plataformas o dispositivos.
  • Entregas rápidas.
  • Precios bajos.
  • La implementación de un modelo de negocio freemium.

En otras palabras, los lectores podrán ordenar cualquier libro que se les ocurra, enviarlo a imprimir donde les sea más conveniente o enviarlo digitalmente a cualquier dispositivo. Algunos de ellos ya se han acostumbrado a obtener contenido gratis en línea, así que esperarán al menos una experiencia medianamente conveniente a través de los navegadores tradicionales. Esa es la parte “free” o gratuita en los modelos de negocios freemium.

Claro, todo esto tomará tiempo en llegar. Nuestro mundo está compuesto de negociaciones bilaterales para que diferentes títulos estén disponibles en distintos dispositivos o librerías. Pero la lógica de la digitalización le ofrecerá oportunidades a muchos emprendedores para satisfacer las necesidades del lector.

Los lectores aceptarán que las versiones impresas serán más costosas. Sin embargo, muchos lectores se resistirán a los dispositivos como el Kindle tanto como les sea posible mientras vivan. Otros, serán selectivos, escogiendo versiones impresas para ciertos títulos y digitales para otros. Pero la pregunta aquí sería: ¿Serán los libros digitales gratis?

La respuesta corta es NO. Si ellos fueran gratis, los autores dejarían de escribir, las imprentas dejarían de imprimir y los distribuidores de ebooks dejarían de producirlos. En otras palabras, no habría nada que leer, excepto quizá uno de folletos o cosas por el estilo.

Lo que sí podemos esperar es una competencia casi bélica entre los distintos productores de dispositivos electrónicos para obtener el favor de sus clientes.