Mis errores como freelance al trabajar desde casa

Escribir en tercera persona resulta más sencillo para generalizar los consejos o te haces la idea que los demás tomarán lo que dices para ponerlo en practica y listo. Te escapas de las reflexiones profundas o mejor aún crees escapar de los errores que tu mismo cometes así que por eso quiero compartir contigo algunos de mis errores cuando empecé trabajando desde casa y dinámicas que me han costado modificar.

¿Qué errores no has logrado modificar?

Cuando decidí poner la oficina en mi casa, me emocionó la idea de la independencia, tener más tiempo para trabajar y organizarme. Me parecía emocionante que gracias al Internet todo mi trabajo se reduciría a estar conectada y escribir. Pero, con el tiempo me enfrenté a grandes retos por mis malos hábitos, dinámicas poco saludables y falta de equilibrio en mi vida.

  • Horario: cuando tienes una hora para entrar y salir de la oficina tu rutina gira en torno a ese horario, cuando trabajas desde casa simplemente pierdes el rumbo. Uno de mis errores era levantarme tarde lo que no me permitía aprovechar la mañana para avanzar, al medio día surgían otras actividades y simplemente el día trascurría demasiado rápido. Esta dinámica la he logrado controlar gracias al ejercicio y poniéndome metas diarias de trabajo, para aprovechar mejor el tiempo.
  • Enfoque: soy una persona bastante dispersa, me cuesta la concentración y ando en muchas cosas a la vez. Cuando tienes ese problema, no puedes dejar que te controle por completo, ese es otro de mis errores, lo que sucede es que vivo como en el futuro pienso en las cosas que quiero hacer y me cuesta bastante pensar en el ahora. Sí, lo confieso aún hago un gran esfuerzo para controlarlo.
  • Perfeccionista: algunas personas confunden el perfeccionismo con el trabajo arduo, cuando empecé a trabajar me gustaba ser muy detallista y perfeccionista con TODO lo que hacía, pero el problema de ser perfeccionista es que también te obsesionas y tu trabajo no rinde resultados como lo esperas. Superar el perfeccionismo me ayudó a ser más práctica, tomar las cosas con calma y estresarme menos.
  • No saber decir “No”: cuando tu autoestima no es lo suficientemente nutrida o eres inseguro, puedes cometer el error de decir que “Sí” a todo el trabajo que te exijan, cuando somos inexpertos queremos encajar y ser parte del equipo, por eso tendemos a decir que sí a toda la carga de trabajo que nos ponen, pero con el tiempo, experiencia y madurez te das cuenta de la importancia de aprender a decir que “no” y que con eso no será el fin del mundo, que incluso te darás a respetar y marcar tus límites.
  • Trabajo en pijamas: sí, es un hábito que aún no logro superar del todo, cuando salgo a correr por las mañanas me resulta más sencillo cambiarme e ir a correr, regresar, bañarme y empezar el día. Pero, cuando corro por las tardes, me es tan cómodo seguir en pijama todo el día. Trato de mantener el equilibrio, porque aveces permanecer en pijama todo el día puede darte mucha pereza para trabajar.
  • Tareas de la casa: al inicio me pasaba con frecuencia que no podía separa mi horario de trabajo con las tareas de la casa, pagos o mandados que resultan como consecuencia de permanecer tanto tiempo en ella. Ahora, delimité un área de trabajo en casa, trato de no salir de ella durante mis horas de trabajo para no sentir la tentación de realizar otras tareas de casa. No está al 100% superada, pero sigo intentando.

Confieso que gracias a reconocer e intentar nuevamente he logrado superar muchos retos que al inicio representó trabajar desde casa, quizás aún te encuentras batallando con algunas dinámicas que no logras controlar, pero vamos, no somos perfectos lo podemos intentar una y otra vez. Así que te invito a aceptar con confianza todo aquello que aún no logras superar.