Y la completa añadiendo lo siguiente: “que todo el mundo pueda acceder a pesar de la discapacidad es un aspecto esencial”.
El concepto que plantea no es nuevo y ya está presente cada vez más en el diseño y la construcción de edificios, calles, hospitales, piscinas, con vistas a garantizar la accesibilidad de todas las personas, independiente de sus discapacidades físicas, sean temporales o permanentes, y cognitivas.

Un medio con formatos de presentación distintos

Algo que diferencia a Internet respecto a otros medios, bien sea una publicación impresa, un programa audiovisual o radiofónico, es que no contempla un formato de presentación único. La capacidad de los ordenadores u otros dispositivos como agendas electrónicas o teléfonos móviles, la resolución de las pantallas, las características de los navegadores y otro tipo de condicionantes como la velocidad de descarga de las páginas, marcan en gran medida el trabajo creativo y técnico de los profesionales que construyen webs, portales e intranets.

Los tiempos en los que bastaba con indicar en la página de entrada de una web algo así como “optimizado para Microsoft Internet Explorer y Resolución…” han pasado. Ahora el objetivo es que cualquier persona interesada pueda acceder a la oferta de información y servicios. Porque la Red ya no es una vía de llegar a una minoría cualificada capaz de invertir grandes sumas de dinero en estar a la última en nuevas tecnologías. Y tampoco representa un camino alternativo de negocio, prescindible en muchos casos. Actualmente se ha posicionado como un campo prioritario, estratégico y, en cada vez más casos, exclusivo de llegar a nuestro público destino. Por ello parece ridículo poner trabas para que accedan a nuestra oferta.

Las personas con discapacidades también tienen derecho

La universalidad tampoco entiende de discapacidades físicas o cognitivas y por ello busca que las personas que por diversas razones tienen problemas para manejar un ordenador o leer una página web encuentren vías tecnológicas alternativas de disponer de todo aquello que Internet les ofrece. La administración pública en toda España ha tomado la iniciativa y legalmente está obligada en los próximos meses a garantizar la universalidad de sus contenidos y servicios a través de Internet, algo que muchas otras empresas también están incorporando en su presencia web y que demuestran su compromiso a la hora de garantizar que todos tengamos los mismos derechos.

Para aquellos con interés en obtener información al respecto, son varias las direcciones en la Red que recomiendo revisar. Por un lado, la gran referencia desde un punto de vista institucional, El W3C Consortium, donde se ayuda a todos aquellos que deseen garantizar la accesibilidad de sus webs y se ofrece información sobre estándares e incorpora como lema “guiando la web hacia su máxima potencialidad”.

Otra referencia importante es la Fundación Sidar, una institución que tiene como principal objetivo la realización de estudios y actividades orientadas al desarrollo de acciones de investigación, formación, promoción, asesoría y todas aquellas que faciliten el desarrollo de la Sociedad de la Información de forma accesible e inclusiva. Por último, otra web en este paso personal, en la dirección www.geocities.com, ofrece contenidos muy prácticos y útiles sobre pautas de accesibilidad.

La universalidad tiene un coste

Debido al contexto en el que nos encontramos, aunque parezca lo contrario, cada vez es más difícil encontrar a alguien que te ayude a construir una oferta a través de Internet de carácter universal, sencilla de utilizar, eficaz y asequible para todo tipo de público. De hecho, resulta un conocimiento que suele concentrarse en empresas especialistas de largo recorrido, alta profesionalidad y una cultura basada en la innovación y el afán de superación permanente. Mucho de su valor y esfuerzo se centra en su capacidad de revisión del trabajo hecho, en sus garantías a la hora pulir y terminar dando con las claves que nos permitan llegar a todas las personas.