betobetoAlberto es bachiller de la carrera de Diseño Gráfico de la Universidad de Costa Rica, pero acepta que todo su conocimiento sobre desarrollo web y UX lo adquirió de forma autodidacta. Empezó conociendo sobre internet a través de revistas de su madre:

Mi madre era secretaria gerencial en varias empresas de renombre, los jefes le obsequiaban las revistas (que usualmente no leían). Hablamos de publicaciones como NetGuide, WebWeek hasta PC Magazine.

La primera vez que experimentó internet en vivo fue en octubre de 1995 en una feria de computación:

Un stand de RACSA (el primer proveedor nacional de Internet) con una veintena de máquinas conectadas a Internet. Fue así como la materialización de un sueño: experimentar por fin Internet en vez de leer sobre ella. Y ahí me quedé hasta que cerró la exhibición. Creo que me tuvieron que sacar.

En la actualidad considera que ha trabajado en prácticamente todas las fases de un desarrollo web:

Desde la logística UX, pasando por código, programación y diseño gráfico. Vengo de una época que necesitaba conocer un poco de todo (de ahí el término “webmaster”). Hace varios años hice el esfuerzo de especializarme en el área de UX siempre quise controlar cómo funcionaba un sitio o aplicación web y en investigar la forma más efectiva e intuitiva para satisfacer las expectativas de un usuario.

A pesar de su esfuerzo de especialización la realidad resulto ser otra:

Pero la verdad es que mis habilidades en código y diseño han tenido desafortunadamente para mis aspiraciones, mucho más demanda en el mercado local. Y pues, de algún sitio tienen que salir los reales para pagar los frijoles.

En cuanto a herramientas siempre ha utilizado las estándar:

Conocí la suite de Adobe con Photoshop y Illustrator en mis tiempos de estudiante. Trabajé muchos años con Fireworks cuando era parte de Macromedia. Con Flash llegué a hacer cosas interesantes pero lo dejé hace bastante tiempo.

betobetoEl proyecto más importante para Alberto en la actualidad es su propio sitio BetoBeto debido que hizo muchos trabajos para clientes pero ya muchos son bastante viejos y no considera que reflejen lo que es actualmente:

Conforme he madurado y me he hecho mayor (para no decir “más viejo”) cada vez me atrae más la idea de lanzarme a emprender en las áreas que más me apasionan en la vida con mi conocimiento, experiencia actuales y una forma de hacerlas lo suficientemente rentables para ganarme la vida con ellas.

Uno de los momentos más interesante en su trayectoria en internet sucedió en sus inicios, cuando empezaba con el HTML. Hizo una página en Geocities (que fue la comunidad en línea de los 90´s) quienes lanzaron un concurso de rediseño de su sitio en el que participó:

El esfuerzo evidentemente valió la pena pues me gané uno de los premios principales a nivel global: un grabador de CD (hablamos de 1997 y estos aparatos aún eran muy caros). De hecho creo que ese grabador todavía funciona.

Alberto considera que en cuanto a la situación laborar en Costa Rica sobre diseño y desarrollo web se tienen oportunidades:

Si tienes un mínimo de capacitación y dominio del inglés abundan las opciones aún en esta época de crisis. En cuanto al mercado del desarrollo y diseño web existe una consolidación del mercado al pasar de unas decenas de profesionales a unos cuantos miles.

Pero también considera que faltan aspiraciones de profesionalismo en el mercado, que tengan un nivel autocrítico y autoexigente que según él hace la diferencia entre el trabajo que cumple y el excelente trabajo:

He visto varios sitios locales publicitados con bombo y platillo en grandes medios que son un verdadero desastre logístico y de diseño. Creo que estamos mal acostumbrados a que se nos aplauda cualquier “chorcha” en nuestro micromundo de país, cuando en otros países no pasaría ni con el mínimo. Hace falta exigirnos más y ser más críticos con nosotros mismos.

Sobre la ilustración confiesa que no lo hace para ganar dinero, aunque quisiera, pero hasta el momento está haciendo el R&D para ver cómo podría ser eso posible:

La mayoría de los dibujantes e ilustradores que conozco trabajan para diarios, agencias de publicidad y nunca ha sido un mercado muy grande la verdad. Es lógico, la cultura del comercio electrónico interno como fenómeno masivo lamentablemente aún no despega en nuestros países y eso limita severamente esta clase de emprendimientos a mi entender.

Alberto espera ofrecer a quienes vean sus dibujos y lo que escribe cómo es él:

Poder sacarles una sonrisa o ponerlos a pensar, con suerte engancharlos para que quieran seguir viniendo. Todas las demás cosas, como obtener beneficio económico de ello, no sería más que una consecuencia de todo este proceso de empatía y de comunicación constante con quienes se dignan a invertir parte de su tiempo en las cosas que hago.

Entre las actividades que realiza fuera del trabajo, hace un par de años que asiste regularmente al gimnasio:

Hago Spinning con mucha frecuencia. Creo que es lo que me ha salvado de volverme loco y de ponerme como un tonel en estos tiempos. Me encantaría ponerle más a las pesas y la natación.

Además, ama viajar:

No tengo la suerte de hacerlo con tanta frecuencia como Christian (@cvander), pero siempre que puedo voy a donde siento que tengo que ir (donde hayan amigos, eso ayuda). Una vez leí en Twitter que el mundo es como un libro y quienes no viajan se pasan leyendo sólo una página toda su vida.

Considera que muchos piensan que ya Internet como mercado está saturado y que es muy difícil destacar en algo, pero:

Es cierto que ahora hay más personas y más competencia que hace diez años. Ya no basta con hacer cualquier cosa para destacar en la red y ya es imposible pretender saber o hacerlo todo. Pero creo que aún no lo hemos visto todo.

Finalmente Alberto nos comenta sobre su percepción de internet a futuro lleno de sorpresas:

¿Quién podía vaticinar hace cinco años que algo como Twitter, o Facebook, tendrían tanto éxito? Cada vez que creemos que lo hemos visto todo, Internet no deja de dar sorpresas. El gran reto es formar parte de quienes se lanzan al ruedo y abren brecha por terrenos que nadie antes se ha atrevido a cruzar. Como decimos en nuestro país, quien pega primero, pega dos veces.