Creo que desde ese momento mi forma de ver el diseño ha cambiado. Ahora presto más atención al detalle, como si fuera un DJ prestando atención al sonido, moviendo botones y perillas para que los receptores no noten ningún cambio en la música. Los detalles no son para que el ojo los vea, son para que la mente los disfrute. Regularmente me encuentro poniendo detalles que prácticamente no se ven. Nadie va a venir y decir, “wow! Este chico ha puesto una sombra a 8% de opacidad en este botón.”

El usuario común ni siquiera se dará cuenta de que el botón tiene una somra, pero si se dará cuenta de que el botón tiene algo que lo hace especial, único y  lo mejor de todo, que le invita a hacer click. Ese es precisamente el objetivo y único propósito de mi botón. El detalle sirve para darle vida, y aun que nadie lo vea, si quito ese detalle todos se darían cuanta que no está.

Los pequeños detalles:

inicio

Es totalmente simple y plano. No es realmente un botón que invite a hacer click. Si agregamos unos cuantos detalles, le podemos dar vida y llenarlo de ese atractivo que dice haz click!

final

Dejo también el proceso de transformación del botón. Nótese que la forma, las letras y colores originales de botón no cambian. Es simplemente que los detalles que se le han agregado le dan vida y lo hacen más llamativo.

proceso

Para qué poner los detalles que nadie nota

Pero entonces, si nadie nota los detalles para que ponerlos, traduciendo la frase que me dijo mi hermano al mundo del diseño, yo diría que los detalles se ponen, no para que la gente se de cuenta de que ahí están, sino para que no se den cuante de que no están. Es como llegar temprano al trabajo, no llegas temprano para que tu jefe vea que has llegado temprano. Llegas temprano para que no vea que has llegado tarde (si es que tal cosa tiene sentido).

Los detalles pueden marcar la diferencia entre un cliente presionando un botón o no haciéndolo. Suena quizá poco importante, pero cuando ese botón es el que dice “PAGAR”, o “Solicitar presupuesto” entonces la diferencia es enorme. Ahora, he estado hablando de botones, pero lo mismo aplica a todo el sitio que estemos diseñando. Los detalles pueden marcar la diferencia entre un sitio web exitoso y uno que simplemente queda en el olvido.

Sin embargo, los detalles son solo agregados y no deben constituir parte vital para la transmisión del mensaje que se quiere hacer llegar. Tampoco deben saturar el elemento que están adornando. Tomemos el mismo ejemplo del botón llevado a un extremo:

excesivo

En este caso se ha ido a un punto extremo en el uso de detalles y esto nos da un efecto totalmente contrario al que queremos obtener. En otras palabras, tenemos un botón que dice, no me hagas click, soy contagioso!

Entonces, cómo hacer para lograr el toque justo de detalles: mucho depende de nuestra capacidad para criticar nuestro propio trabajo. En mi experiencia me he topado con muchos que creen que sus diseños son lo mejor. Su ego no los deja ver más allá de la falsa ilusión que se han creado. El primer paso para lograr los detalles correctos es aprender a aceptar cuando nuestros diseños han sobrepasado el límite.

Una técnica que hasta ahora me ha servido mucho es empezar con un diseño normal y plano. Todo en colores totalmente sólidos. Al principio no me preocupo por los detalles y me concentro en la base. Eso me permite tener una idea de como se verá mi sitio si en determinado momento se ven solo los colores de fondo, que inevitablemente son sólidos y no las imágenes de fondo.

Una vez tengo el diseño en su forma más simple, empiezo a aplicar detalles parte por parte. Generalmente en esta fase del diseño mi mejor arma es el zoom. Trabajo los detalles usando la mayor cantidad de zoom posible. De esta manera puedo tener más control sobre cada detalle. Es increíble como los pequeños detalles pueden marcar una gran diferencia.