¿El argumento del Departamento de Estado? se considera un delito federal establecer intercambios comerciales con países sometidos a bloqueo económico.

¿El argumento de los defensores del libre tránsito de información por la red? Coursera y lo que esta plataforma ofrece ofrece es información que circula libre y gratuitamente por la red: no un producto o servicio más. No se trata de una lata de CocaCola o de un paquete de Malboro.

Este es parte del mensaje encontrado en el blog de Coursera:

Update on Course Accessibility for Students in Cuba, Iran, Sudan, and Syria

Providing access to education for everyone has always been at the core of Coursera’s mission, and it is with deep regret that we have had to make a change to our accessibility in some countries.

Certain United States export control regulations prohibit U.S. businesses, such as MOOC providers like Coursera, from offering services to users in sanctioned countries, including Cuba, Iran, Sudan, and Syria. Under the law, certain aspects of Coursera’s course offerings are considered services and are therefore subject to restrictions in sanctioned countries, with the exception of Syria (see below).

Our global community is incredibly valuable to us and we remain committed to providing quality to education to all. During this time, we empathize with the frustrations of students who are affected by this change and we have made it a top priority to make rapid progress toward a solution.

La noticia no ha alcanzado los tops de historias mundiales, pero es, sin duda, de completo interés para quienes están involucrados en un tema de tanta relevancia social y política como la educación online, un asunto que aunque aún no despega en el mainstream (cabe anotar que ayer Udemy anunciaba que alcanzó los dos millones de usuarios) se perfila como uno de los de mayor interés en las tendencias de la web para los próximos tres años.

El debate  acerca de las implicaciones de “educar” a través de Internet ya está abierto en su nicho de interés y las grandes universidades del mundo han abierto espacios para difundir conocimiento por este medio. Aunque se discuten las enormes tasas de deserción de la educación online hay muchos argumentos favorables que sumar al debate:  descentraliza e iguala las diferencias sociales, tiene un enorme alcance, es menos rígida que la escuela tradicional, permite la co-creación orgánica y promueve más la solidaridad que la competitividad.

Sin embargo esta coyuntura no debe ser pasada por alto, pues que un derecho humano (el derecho a la educación está contemplado en el artículo 26 de la declaración universal de los derechos humanos) sea negado a la población de países con graves situaciones políticas y económicas no parece hacer otra cosa que contribuir a que estos males se sigan extendiendo.

Prohibir la difusión del conocimiento, la libre circulación de información por la red y negar el derecho a una fracción del planeta a educarse es un asunto que debería discutirse en profundidad. Por ahora desde el blog de Coursera se anuncia que darán el debate con el Departamento de Estado y hasta ahora su compromiso parece estar del lado de seguir ofreciendo educación también a los cubanos.

El debate queda en este punto: ¿Es lo mismo negar al pueblo cubano la publicitada chispa de la vida, que negar el acceso a una plataforma de educación, libre, abierta y gratuita? ¿a una de las mejores cosas que nos ha dado Internet? ¿de quién es el territorio de Internet? ¿es la información que circula por la red un “servicio” en beneficio de intereses políticos?