En teoría Hemingway  te ayuda a descubrir cuándo estás siendo redundante, si estás abusando del uso de alguna estructura gramatical o si tus frases son francamente incomprensibles. ¿Cómo usarlo?: pegas el texto que escribiste (o lo escribes allí mismo), lo insertas en el espacio disponible, haces clic en el botón de editar y  te dará algunas descorazonadoras estadísticas como: 25 de tus frases son muy difíciles de leer, podrías hacer 5 de tus frases mucho más sencillas o estás usando demasiados adverbios. Solo hace falta que añada un ¡idiota! Tan molesto como un editor de carne y hueso pero sin que tengas que ver su cara o leer sus correos con sus brillantes  correcciones. También te dirá el grado de escolaridad que requiere uno de tus lectores para comprenderte. Veamos qué opinión tiene respecto a lo que he escrito:

Screenshot 2014-02-13 at 14.25.45

Mi primera idea al probar esta herramienta fue hacerlo con párrafos del mismo Hemingway pero me informan mis fuentes que alguien en Hacker News ya se me adelantó. Entonces probémoslo con otro premio Nobel, el colombiano García Márquez. Acá un párrafo de un cuento (que recomiendo leer): El Ahogado más hermoso del mundo.

Screenshot 2014-02-13 at 14.30.13

Si esta herramienta hubiera editado a nuestro Nobel le habría sugerido usar menos palabras y ojalá un poco más simples. Si no me equivoco, otro editor, de carne y hueso, rechazó también la novela que hiciera mundialmente famoso a Gabo: Cien años de Soledad. ¿Cuál es tu opinión de esta herramienta? En mi opinión es un divertido juguete, pero me gustan más los editores de carne y hueso, esos seres molestos, que hacen creativas sugerencias, proponen maravillosos enfoques o te dicen que tu texto es un asco y que mejor lo eches a la basura.

Antes del punto final recordemos a Hemingway, al de verdad, ese borracho genial que creó maravillosos párrafos, como este:

Look at the ugliness. Yet one has a feeling within one that blinds a man while he loves you. You, with that feeling, blind him, and blind yourself. Then, one day, for no reason, he sees you as ugly as you really are and he is not blind anymore and then you see yourself as ugly as he sees you and you lose your man and your feeling… After a while, when you are as ugly as I am, as ugly as women can be, then, as I say after a while the feeling, the idiotic feeling that you are beautiful, grows slowly in one again. It grows like a cabbage. And then, when the feeling is grown, another man sees you and thinks you are beautiful and it is all to do over

― Ernest HemingwayFor Whom the Bell Tolls