La riqueza de las naciones industrializadas se basa
plenamente en la posesión de conocimiento, pero como hacer que el conocimiento
este disponible de forma oportuna, pertinente y además con estándares de
practicidad, utilidad y probados.

Sin olvidar a esos millones de personas que día a día son excluidas de las oportunidades por no tener los medios (económico-tecnológicos) que le permitan el acceso al mismo, su futuro que les depara: marginación, exclusión y pobreza. ¿Qué se puede hacer al respecto? Los medios tecnológicos y los proyectos de uso libre es donde juegan su papel primordial.

Los proyectos de uso libre como los hay en Internet representados en un script computacional (programa informático) o en un sistema operativo que puede romper paradigmas (Linux), tecnologías accesibles, confiables y de alto desempeño han puesto al descubierto que el conocimiento debe ser libre y esa es una tendencia.

A Bill Gates nunca le gustó el concepto y en 1976, cuando tenía 21 años, preguntó bastante enfadado en una carta a los programadores de código en fuente abierta (códigos de uso libre): "Con este método están evitando que se cree un buen software porque, ¿quién puede permitirse hacer un trabajo profesional a cambio de nada?"

Lamentablemente el concepto esta mal interpretado, el concepto libre no es sinónimo de ser gratuito sino de aportación, dedicación y responsabilidad ya que los que colaboran lo hacen pensando en fortalecer proyectos de uso global, de otro resultaría incomprensible este modo en un mundo tan mercantilizado.

También hay que recalcar que los proyectos de uso libre deben generar ganancias eso implica que en algunos casos ciertas versiones especiales o servicios deben cobrarse pero a precios bajos, eso avala el respaldo de una empresa especialista en el producto para su soporte, por que de otra forma no se garantiza la perdurabilidad de los mismos proyectos.

Si las empresas de las áreas involucradas como las desarrolladoras de software,
no toman en cuenta al concepto libre y no lo promueven, pueden estar condenadas
a desaparecer, no pueden seguir apostando por los mecanismos convencionales,
sin querer aceptar los métodos establecidos implícitamente por los
consumidores y las nuevas sociedades del conocimiento.

La piratería es el tema culminante, tan solo la Asociación de Productores
de Software Empresarial estimo en 11.750 millones de dólares las pérdidas
mundiales asociadas con esta practica en el 2001, pero así son orillados la
gran mayoría de los usuarios finales en ese afán de buscar esas oportunidades,
este problema parece no tener solución, pero acaso ¿puede llegar a buen
termino?, lo único seguro es que las empresas monopolistas y semi-monopolistas
pareciera que no quieren aceptar su realidad. Si realmente quieren disminuir
con esta práctica, tendrán que reorientar sus mercados objetivos y las expectativas
para con los mismos, abrirse al concepto libre y todos los requisitos que
esto implica.

Los mecanismos actualmente generados para la protección de obras del tipo
informático y sus derivaciones, representado en leyes, tratados, sistemas
anti copia, entre otros, parecen esfuerzos inútiles y algunos vergonzosos como el caso de SONY, con su sistema de protección de CD burlado por un simple
marcador, o el caso de Microsoft con su avanzado sistema de activación de
software del flamante Windows XP vulnerado por un archivo muy pequeño y de
fácil distribución.

De la búsqueda de alternativas que promuevan al concepto libre, las empresas
podrán garantizar la aceptación entre los usuarios y la durabilidad de sus
proyectos y sus derivaciones.

Los pasos a seguir son los siguientes:

Productos económicos:
Partiendo de que hay una sobre valoración concerniente a los productos de
software, hay que determinar los costos reales de los mismos y las ganancias
razonablemente esperadas, para que los precios sean competitivos hasta con
las copias ilegales en algunos casos.

Liberación de versiones de
investigación:

  • Se tendrá que servir productos
    en calidad de investigación y evaluación,
  • Abrir gradualmente la tecnología
    de los productos,

  • Las versiones deben estar orientadas
    exclusivamente a especialistas,
  • Estas versiones si deben variar
    de las versiones finales.

De esta manera las empresas dependientes y relacionadas
podrán adaptar de mejor manera y con justicia las tecnologías entre ellas.
Los proyectos realmente se enriquecerán y habrá más competencia entre los
mismos, al haber más oferta bajarán los precios de productos y servicios siendo
el usuario final el gran ganador.

Accesibles:
Esto implica que es más fácil conseguir una copia ilegal ya sea en un centro
con estos fines o por Internet, que ir con un distribuidor autorizado y seguir
con todos los procedimientos convencionales de venta aún considerando las
compras en línea. Hay que buscar mecanismo para que la compra sea igual de
fácil que la ilegal, sin complicaciones ni engorrosas transacciones.

Regularización de usuario final: Presentar
productos económicos parecería una locura, pero es mejor tener clientes que
paguen legalmente por su copia libre, lo que implica soporte y garantía aun
muy bajo costo, lográndolos convencer con el producto como estrategia a largo
plazo, ya que en la mayoría de los casos los precios de las obras son incosteables
y optan por las versiones ilegales.

En los próximos años veremos como se consolida esta vertiente llamada "libre",
ya aplicada en algunos casos como en los gobiernos de Alemania y Francia que la han respaldado y ponen a manifiesto que el futuro es "libre" y debe
ser responsablemente compartido.