Años atrás todos pensábamos que el siguiente paso de los dispositivos electrónicos era volverse realidad toda esa ficción que nos habían inspirado las películas futuristas, pero no nos percatábamos de que ese futuro ya lo estábamos viviendo y se encontraba frente a nuestras narices: el Internet.

En los pasados juegos olímpicos de Corea – Japón, pudimos asomar nuestra escéptica mirada occidental y envidiar un poco las maravillosas casas del futuro de las que hay muchas en aquellos países, y el internet está hasta en las cocinas de las casas inteligentes.

En una casa de una familia japonesa existe un dispositivo en los controles de encendido y apagado de muchos de los aparatos domésticos como la estufa por ejemplo, que tienen un acceso a través de internet para que el usuario pueda apagarla desde cualquier parte del mundo a través de su teléfono celular, claro, por medio del internet.

Esta es la realidad en las modernas urbes orientales, pero en México y en Latinoamérica apenas comienzan los negocios a tomar conciencia del verdadero valor de éste medio para las PyMEs y para grandes compañías. Apenas la industria del software comienza a crear versiones cien por ciento manejables a través del web, pocas son las empresas que manejan su administración, base del conocimiento documentos y productos a través del internet.

A través de éste medio el desarrollo de aplicaciones es más fácil (Sorprendementemente windows se acaba de dar cuenta y lanzó a principios de éste año su plataforma .NET), ya que un sistema por mas robusto que parezca, por medio de la web resulta ser algo práctico, fácil y económico.

El Internet es el medio para administración de los negocios, para el manejo de la información, para el aprendizaje y para apagar la estufa y muchos otros dispositivos del hogar.