Desde las 15 de ayer, y por unas tres horas, una falla técnica hizo desaparecer del mapa del ciberespacio a los 500.000 sitios con nombre .com.ar.

¿Qué significaba esto? Internamente, la Red no se maneja con nombres de sitios, sino con una serie única de números, como si fuera un número de teléfono. Este código (o número IP) suele tener un equivalente alfanumérico, más fácil de recordar. Por ejemplo, el número IP de www.google.com es 64.233.171.104. Cuando un usuario escribe en un navegador www.google.com , los servidores DNS convierten este nombre en el IP correspondiente.

Los servidores DNS principales de la Argentina son seis. Los dos primarios están alojados en la Cancillería, en las oficinas del NIC (Network Information Center), la entidad encargada de controlar la asignación de dominios argentinos.

Según Jorge Vilas, director del NIC, lo que pasó a media tarde de ayer fue que “uno de los servidores raíz tuvo una falla que hizo que se corrompiera su base de datos. Como los servidores DNS están conectados en forma jerárquica, la información falsa se propagó al resto”.

Luego de poner en funcionamiento a Athea, el servidor principal que falló, con su lista de dominios actualizada, el NIC indicó a los proveedores de Internet locales que volvieran a actualizar sus propios servidores DNS, acción que tomó algunas horas.

El hecho poco común de que el NIC funcione en la Cancillería y no en el ámbito académico, o como un organismo independiente, tiene raíces históricas. La Argentina se conectó a Internet en 1987, y el primer vínculo funcionó en el Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1987, la corporación encargada de administrar la asignación de nombres de dominio (Icann, según sus siglas en inglés) delegó en la Cancillería la gestión de los dominios argentinos.

Por Ricardo Sametband
De la Redacción de LA NACION