El internet fue definitivamente un mecanismo determinante en la forma de acceder al conocimiento y la cultura por parte de la humanidad. Dentro de todo este proceso se vieron afectadas ciertas industrias que tenían la misión de ayudar a llevar estos bienes de la humanidad empaquetados para su consumo. Lograban estas industrias distribuir la cultura y cobraban por tal servicio.

Todo funcionaba dentro de un sistema muy bien organizado que beneficiaba a estos intermediarios al punto de ser aún mas importantes que los artistas mismos y que en muchas oportunidades carecían de titularidad sobre sus propias creaciones. Para ejemplificar este modelo personas como David Geffen son muy útiles. Al día de hoy puede proclamarse Geffen como billonario gracias a la titularidad real de muchas composiciones.

La cultura como escape a la realidad

Con la creación y surgimiento de la economía capitalista se empezó a comprender el espectáculo que se podía brindar con la cultura y que esto dentro de las decrecientes condiciones de vida de la clase obrera sería un escape a la realidad. Así el acceso cultura fue convirtiéndose en una necesidad en sus nuevas condiciones de vida y lo que siempre se evidenció fue que la cultura ha sido lo único que existió siempre.

La cultura desde que se convirtió en un bien escaso  de no obligatoriedad prestacional por parte del Estado en el marco de las economías liberal y capitalista, ha tenido diversos modelos de negocio que a medida que las necesidades lo han exigido hasta encontrar una nueva forma usualmente mejor y más rentable a la anterior.

Por ejemplo, cuando la posibilidad de grabar los interpretes existió por primera vez, esto creó grandes interrogantes respecto a como se debían recaudar estas nuevas presentaciones de formas de cultura empaquetadas, que devengaron en unos derechos conexos inexistentes hasta ese momento y que en últimas terminaron incrementando las ganancias de la industria cultural.

El derecho de autor como un obstáculo a la cultura

En estos momentos estas industrias de empaquetamiento de contenidos están sufriendo una nueva forma de transformación que, ha hecho que les haya costado mucho reinventarse frente a las nuevas posibilidades dadas a la sociedad con internet.

La industria en vez de utilizar su capital y conocimiento del negocio, no reinventaron ninguno de sus antíguos métodos y estas industrias manejadas por administradores y abogados se tornaron estáticas, algunas incluso han desaparecido . El movimiento estratégico que decidieron tomar fue sin embargo, perseguir a los consumidores de información y cultura mediante lobbys instaurados en las democracias para sancionar ejemplarmente estas conductas para atemorizar al público de no realizar estas acciones.

Este tipo de persecución sin sentido de los consumidores de cultura, ciudadanos comunes y corrientes, ha llevado a que las nuevas generaciones desestimen el derecho de autor como un obstáculo más en la construcción de cultura y conocimiento.

Alternativas de construcción conjunta y colectiva

Las nuevas alternativas de construcción conjunta y colectiva de conocimiento apoyadas por las licencias creative commons para lo cual el derecho de autor actual no representa sino un obstáculo que debe ser sobresaltado mediante alguna herramienta que sea libre y otorgue la libertad de difundir libremente mi obra sin que el “todos los derechos reservados” impida su libre circulación y obras derivadas hechas en cualquier lugar del mundo.

Así se pueden utilizar los mecanismos de difusión como los servicios de online service providers como las redes sociales.

  • Netlabels: También nuevas formas de agruparse en hermanados por la red son ideales para autopromocionarse. Estos deben transformarse en editoras, entidades de gestión y promotores. Las nuevas circunstancias han creado entidades ampliamente hostiles a las antiguas organizaciones de gestión colectiva. Hay netlabels locales como SeriesMedia quienes agrupan nichos específicos musicales y de territorio, lo cual hace que sean mucho mas competitivos.
  • Entidades Anti-Gestión colectiva: Esta entidad ha venido floreciendo por el acoso que han sufrido sus comunidades por parte de la antigua industria. Estos ofrecen posibilidades reales de esquivar la necesidad de utilizar las estructuras de la economía de consumo y producción de cultura imperantes en el siglo XX.

Posibilidades, ejemplos y opciones

Deberían experimentarse diversas asociaciones de artistas que sean innovadoras y que recorten la intermedición de terceras personas que se lleven gran parte de las ganancias generadas por la interacción con un público que agradecido paga una boleta por sentirse afortunado de la asistencia a un espectáculo de su pleno gusto, y al cual posíblemente ya haya investigado previamente mediante el acceso al conocimiento y la cultura de manera gratuita como se conquistó a finales del siglo XX.

El movimiento Technobrega en Brasil y la Champeta en Colombia han sido algunos ejemplos. La elaboración musical con herramientas libres o de software libre son una alternativa real que incluso puede devengar en un proyecto humanitario pedagógico, en las comunidades que tienen problemas de inclusión social y que tienen problemas de violencia.

Estas iniciativas transformadas en entidades sin animo de lucro dedicadas a la enseñanza de este tipo de contrucción y elaboración musical apoyado por la destinación de equipos supuestamente inservibles para el ensayo y error de la educación. Estas inciativas contarán con muchos recursos si se encuentran bien estructuradas para sustentar el recibimiento de recursos de otras partes del mundo donde les interesa se presente un desarrollo de este tipo.

Lo que queda es experimentar y utilizar las nuevas tecnologías, para que el artista mismo sea la industria, y no se queden sus ganacias en terceros lobbystas interesados en limitar el acceso a la cultura, y a la libre construcción de contenidos mediante la interacción con la red.