Imagen: Terry Johnston

Uno de los cuestionamientos más importantes que se le hace a los MOOCs es el alto nivel de abandono de sus usuarios. El problema aumenta cuando los estudios no diferencian entre el formato tradicional de enseñanza, su tipo de estudiantes, nivel de interacción y el aprendizaje dentro de un ambiente digital.

Para entender adecuadamente la plataforma virtual de educación, se está intentando conocer mejor a las personas que las utilizan, el simple hecho de que la mayoría de cursos sean gratuitos y abiertos, trasciende los paradigmas naturales de la educación superior.

Pasivos digitales

Descripciones de los estudiantes como la realizada por Phill Hill, quién tomó como referencia los números sobre el comportamiento de los usuarios en Coursera, aportan características distintivas en donde los MOOCs se convierten simplemente en otra fuente más de contenido para los jóvenes.

Dice Hill que entre el 60% y 80% de los alumnos se retira de los cursos dos semanas después del registro. Al igual que en otras comunidades en línea (redes sociales), Hill destaca como mayoría a los participantes silenciosos (lurkers), que se dedican exclusivamente a observar y no van más allá de ver algún video.

Para Ivonne Belanger, directora de evaluación y planificación en el centro instructivo de la universidad de Duke y coautora del informe sobre los resultados del primer MOOC realizado por dicha institución:

La búsqueda de una experiencia social que resulte intelectualmente estimulante se presenta en dichas plataformas y se hace evidente cuando la mayoría de usuarios continúan hablando de los cursos y calificándolos como positivos, aún sin obtener un certificado que justifique sus conocimientos

Compartir, discutir y aprender

Cuando consideramos el e-learning como una alternativa real para aprender sin tener una experiencia previa en este ámbito, idealizamos el proceso como algo sencillo y poco exigente por las libertades que proporciona.

La verdad es que estudiar en línea exige además de tiempo y motivación, una responsabilidad mayor. En el artículo “Why Online Learners Drop Out” Karen Frankola ejemplifica algunos desafíos para brindarle a los estudiantes un acercamiento correcto a la plataforma online.

Una de las ideas más importantes allí presentadas es la de Jean McGrath, director de servicios estudiantiles del World Campus Distance Education en la universidad de Penn State.

McGrath dice que el éxito del formato digital depende de la preparación del personal y profesores, el rediseño constante de los cursos y sobre toda de la comunicación e interacción de la facultad con los alumnos.

El factor social

Grupo

Imagen: VFS Digital Design

Según Frankola la socialización también hace parte indispensable del “mix” que propone NYUonline. David Hawthorne ha liderado varias investigaciones piloto dentro de la institución que han demostrado el poder de la convivencia para estimular el aprendizaje virtual mediante la discusión y la práctica.

Su modelo comprende además de la plataforma online, sesiones en vivo donde todos los participantes se integran y discuten. Dice Hawthorne:

Si usted quiere que las personas cambien su comportamiento como resultado del aprendizaje, se debe hacer más que transmitir conocimiento. Usted también debe desarrollar su confianza para que lo utilicen

El formato de e-learning ideal

Los límites de interacción en los MOOCs y el e-learning en general, demandan una mayor conexión afectiva con los estudiantes y niveles de comunicación que sobrepasen el e-mail.

Aunque la mayoría de veces la conversación se traslada a las redes sociales y/o videoconferencias, experimentos como el de NYUonline demuestran que el poder del trabajo en grupo, los desafíos individuales y la retroalimentación que se puede generar fuera de la virtualidad, aumentan los niveles de satisfacción y compromiso.

¿Ustedes qué opinan al respecto, por qué han decidido abandonar algún curso online?