Me llena de entusiasmo volver a este espacio para escribir cada viernes sobre el lado humano de la tecnología y sus tendencias. Porque así como la tecnología avanza y nos presenta nuevos retos, como seres humanos estamos en constante cambio biológico, psicológico y químico. Tenemos opciones claras para capacitarnos, aprender y ser competitivos al invertir en nuestro crecimiento profesional o intelectual. Pero ¿cómo enfrentar las etapas o cambios naturales?¿Las dudas y decisiones que debemos tomar?

Bien, no pretendo dar una fórmula o respuesta clara sobre cómo lograrlo, pero quiero compartir con ustedes algunas ideas en base a mi experiencia. Tengo más de 10 años de trabajar en el área de la tecnología, eventualmente se sumó mi interés por la educación, comunicación, periodismo y atletismo. Créeme quizás pareciera que nada tiene que ver una con las otras, pero sí, hay una relación.

¿Dueño o evasor del mundo?

Cuando eres muy joven y tienes mucho entusiasmo puedes sentirte de dos formas: te crees dueño del mundo o te aterra el mundo. Tu actitud puede ser que te quieres comer el mundo o deseas pasar desapercibido para que nadie te vea. Entonces inicia una etapa en donde tratas de descubrir ¿qué quieres ser? ¿qué carrera seguir? ¿qué trabajo conseguir? ¿cómo encajar con los demás? y así un sinfín de dudas. Tu sabrás mejor que yo todos esos cuestionamientos.

Resulta que esto es de lo más normal, nuestra vida está llena de etapas, algunas duran más que otras, pero eso sólo depende de tu propio proceso. Cada día estamos sometidos a un sin fin de presiones que pocas veces nos detenemos a analizar o incluso cuestionar. La sociedad, la familia, la iglesia, los amigos, la pareja y tus propios temores o inseguridades personales, que no son más que una suma de todas esas presiones a tu alrededor.

Escribo esto, porque hace unos días, encontré a uno de mis estudiantes que finalizó su carrera y me decía que quería aplicar a una beca fuera del país. Me comentaba que había terminado ese proceso doloroso de la licenciatura, pero que no iba a sufrir tanto en su Maestría. Pero, que aún con esa actitud, aceptaba que le daba miedo descubrir que al final de ese proceso no se sentiría completamente realizado.

Entonces, me puse a pensar en cuántas personas jóvenes en este momento no sientes la misma incertidumbre ¿será que escogí la carrera adecuada? ¿será que lograré terminar la carrera? ¿ganaré suficiente dinero para ayudar a mi familia en este trabajo? ¿será este proyecto el indicado para mí? y así una serie de dudas que de los 18 a los 30 años pueden pasar a diario por la mente. No existen fórmulas, todos vivimos en contextos diversos, algunos con más privilegios que otros, con mucho apoyo o ninguno.

Cuestión de actitud ante la situaciones

Hablemos de la actitud con la que enfrentamos entonces estos cambios, resulta que hay un momento o edad, en la que la incertidumbre es muy bien recibida, porque es normal no saber hacia dónde vas. Pero, también llega un momento en donde debes empezar a tomar decisiones que determinarán algunos procesos en tu vida y otras que quizás sean equivocadas que ayudarán a tu proceso de aprendizaje, porque resulta que somos humanos y presta mucha atención a esto: No somos perfectos.

No se en qué etapa te encuentres, quizás eres un entusiasta de 17 años con ganas de comerse el mundo, bien por ti aprovecha al máximo esa energía y procura informarte lo más que puedas para tomar las decisiones que debes tomar en este momento. Quiero contarte que te vas a equivocar en algunas y puede que hasta llores por ello, pero otras serán tan importantes que marcarán tu vida y te alegrará no haber tenido el temor de tomarlas.

Por otro lado, si tienes digamos 25 años o por allí, estás en un momento tan importante en donde tus decisiones sin duda deben ser tomadas sin temor. Tienes más experiencia, sabes por lo menos quién eres tu y lo que quieres alcanzar. Pero, si crees que no es así, bueno eres joven y puedes retomar cosas pendientes quizás tu carrera, la tesis sin hacer, una mejor relación con tu familia, cambiar de trabajo, empezar tu propio negocio, etc.

“Toma las riendas de tu vida”

Este es un dicho, quizás en tu país se diga de otra forma, pero mi abuelita solía decirme “Mija, uno debe tomar las riendas de su vida sin temor y aprovechar los dones regalados” ella lo decía fácil, y hasta incluso, hacía que pareciera fácil. Pero, no siempre es tan sencillo de aplicar en el día a día. Lo que sí te puedo decir, es que he aprendido a tomar decisiones y afrontar las consecuencias positivas o negativas.

Cuando me ha tocado cambiar etapas, pienso en cómo esto ayuda a construir mi futuro. No seré eternamente joven, así que debo tener ciertos cimientos sólidos que me ayuden luego. Por ejemplo, finalizar una carrera, quizás muchos odian el proceso y no le encuentran sentido (yo pensaba así) pero luego, te das cuenta que en nuestras sociedades aún funciona, son importantes a pesar de nuestra rebeldia y que podemos aportar a los cambios estando dentro del sistema que nos molesta, porque de otra forma no va a cambiar.

Viajar, conocer otras culturas, tener referentes, aprender de otras personas, invertir en nuestro aprendizaje no sólo educativo, sino también que contribuyan a nuestras experiencias de vida. No tengas miedo de tomar decisiones y tampoco te sientas sólo en tus dudas existenciales, voltea a ver a cualquier persona a tu alrededor, seguro cada uno de los humanos que caminan por las calles de nuestra ciudad están experimentando dentro de ellos esos cambios, dudas y cuestionamientos día a día. No estas sólo es esta búsqueda de sentido. Enjoy the weekend.